A través de las vidas de Metodi y Konstantín, los dos antagonistas que protagonizan esta novela y encarnan respectivamente el poder y la resistencia, Ilija Trojanow recrea la historia de Bulgaria desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad. Konstantín, disidente y opositor del poder totalitario que pasó veinte años en la cárcel por un atentado contrarrevolucionario, malvive ahora en un minúsculo apartamento a las afueras de Sofía, obsesionado por rastrear los archivos en busca de documentos que le ayuden a descubrir a sus delatores. Metodi, que ingresó en las juventudes del Partido en la adolescencia y terminó convirtiéndose en un alto cargo de los servicios de seguridad del Estado, se ha adaptado al nuevo estatus político después de la transición. A través de ambos personajes―basados en conversaciones del autor con víctimas de la policía secreta durante el régimen comunista en Bulgaria―Trojanow realiza su personal homenaje a las víctimas de la represión comunista, que la historia oficial sigue silenciando.