Reseña del libro "planeta antartica"
"son las cinco de la tarde y corresponde, como todos los días, buscar un lugar para acampar. habíamos establecido como rutina terminar la jornada entre las cinco y las seis de la tarde para montar campamento. así teníamos todo listo antes de la comunicación por teléfono satelital que obligadamente debíamos hacer todos los días a las nueve de la noche. es el día número 37 de la expedición y hemos recorrido 144 kilómetros de un total que suponíamos sería de 350. el glaciar thomas que veníamos recorriendo se había complicado. el día anterior, desde lo alto del paso de la providencia, lo habíamos visto en su completa longitud de 22 kilómetros y habíamos celebrado con regocijo que no ofrecía dificultades aparentes. esto era muy importante para nosotros porque después de un recorrido infernal por la cordillera centinela parecía que al fin podríamos salir de ella con relativa facilidad. la más compleja de las dos cordillera que debíamos recorrer para completar la travesía parecía que nos despedía con amabilidad.
sin embargo ahora, habiendo recorrido los primeros ocho kilómetros del glaciar, repentinamente nos juega su última carta atrapándonos en un inmenso campo de grietas. no me explico por qué no lo vimos el día anterior, pero para efectos prácticos, da lo mismo.
en las últimas tres horas habíamos serpenteado entre grandes seracs ?verdaderas esfinges de hielo como los icebergs en el mar? y un enjambre de grietas abiertas. pero ahora no sólo no tenemos un lugar seguro para montar el campamento, sino que el campo de grietas desciende en una cascada de hielo por delante de nosotros en algo que parece un mar de hielo en tormenta.
el desplazamiento de las últimas horas había requerido usar los 180 metros de cuerda de que disponíamos para conducir los trineos y las personas en forma segura por entre las grietas; había sido un trabajo lento y el cansancio se refleja en las caras de mis compañeros. me doy cuenta que no es sólo cansancio el de sus rostros sino más bien una profunda preocupación. ¿cómo seguir si las grietas nos niegan el paso? ¿podremos regresar? ¿habrá una ruta alternativa? ¿cómo saldremos de la cordillera centinela?
el problema es más grave aún porque en 37 días hemos cubierto menos de la mitad del recorrido y ya hemos consumido dos terceras partes de nuestros alimentos y combustible. la idea de racionar ya había sido planteada, pero parece irresponsable pues estámos ingiriendo dos mil calorías diarias menos que nuestro gasto fisiológico. tampoco sabemos cuáles serán las dificultades del recorrido una vez terminada la cordillera centinela. a mi entender no podemos regresar a buscar un camino alternativo, tal vez inexistente. no tenemos ni tiempo, ni comida ni combustible.
estamos reunidos en un lugar muy precario sobre el borde de una gran grieta. junto a nosotros están los cuatro trineos con todo nuestro equipo y los caracoles de nuestras cuerdas. hemos decidido tomar un respiro para buscar un posible paso de serpenteo por entre la cascada de hielo. durante varios minutos, cada uno en silencio, escudriña el campo de hielo a nuestros pies. no se ve pasada alguna ¿qué hacemos si no logramos pasar? he estado en muchos momentos difíciles en las montañas y he descubierto que para enfrentarlos es útil tomarse unos minutos y conversar con uno mismo: ¿qué recursos tengo para echar mano? respuesta: nuestra fe en dios y en el equipo humano. en este caso somos ernesto, pablo, kiko y yo ¿cómo no poder resolver este problema si tengo la ayuda de dios y cuento con la capacidad, talento y entusiasmo de mis compañeros? en esta misma expedición habíamos superado lo que muchas veces nos parecieron dificultades insalvables. no sólo eso sino que desde que nos habíamos propuesto realizar una travesía en territorios inexplorados en antártica, hacía tres años, habíamos superado un sin fin de dificultades de organización y financiamiento. acuérdate rodrigo, me digo, recuerda todo lo que han hecho juntos ¿cómo no va a ser posible salir de ésta? y tal vez para vencer la desesperación, tal vez para construir ánimo cierro los ojos y me recuerdo cómo habíamos iniciado esta aventura."
introducción
"no hago sin más que desearles de todo corazón que esta expedición sea un éxito, desde lo más interno de cada uno de ustedes. que cada día sea una experiencia nueva de aprendizaje...
las largas esperas, cuando son desde el alma, no traen sino más que grandes esperanzas. cuídense muchísimo. exito y trascendencia.
con todo el cariño y admiración."
andrés camus
recibido el día 12 de expedición/glaciar ellen
