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portada El Delirio del Viajante Busca Reposo
Formato
Libro Físico
Editorial
N° páginas
70
Encuadernación
Tapa Blanda
ISBN13
9786079858278
N° edición
2022

El Delirio del Viajante Busca Reposo

Juan Arturo Teran (Autor) · Ablucionistas · Tapa Blanda

El Delirio del Viajante Busca Reposo - Juan Arturo Teran

Libro Nuevo

$ 173.00

  • Estado: Nuevo
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Reseña del libro "El Delirio del Viajante Busca Reposo"

A plomo y nivel Juan Arturo Terán Mendoza "D.F. 1968" es un poeta serio, trabaja en silencio y administrando el fuego, lento o intenso según se requiera. A distancia de las redes sociales, cosa rara en estos tiempos o de la fotografía tan común donde el interés de muchos escritores actuales es aparecer en el mayor número de eventos, tomarse la mayor cantidad de fotografías, aparecer en el mayor número de revistas, donde muchas veces, la farándula literaria se ha convertido en un circo y en un programa de chismes, en una política de amigos y enemigos. Sus muros están a plomo, sus columnas soportan la bóveda celeste. En muchos de los antiguos templos, o aulas magnas, hay una inscripción en el pórtico, aquí el epígrafe inicial y que apunta como un oráculo el camino a seguir es de Porfirio García Trejo, al entrar lo primero que nos encontramos es un coro, que a propósito en esperanto, corazón, se dice koro. Como todas las palabras con la raíz cornos evocan al corazón o al coro. Aquí, el poeta ve a la ciudad abandonada como un instrumento musical, y en efecto, hay un recordar, un volver a sentir y que es motor de toda la construcción o poema. Ruido del viento a través de una ciudad abandonada, murmullo in crescendo de hacinadas multitudes, nos desplazamos, juntan sus humores las ruinas que construimos. La ciudad abandonada, es toda nuestra historia prehispánica, nuestros lugares de origen, las migraciones que hicieron nuestros padres para construir un futuro que en muchos de los casos, ha sido un hacinamiento fácilmente reconocible como lo es la ciudad de México y toda la zona conurbada, que juntas son cerca o más de 20 millones de habitantes. El trabajo de constructor ha sido quizá, el más ancestral de nuestro territorio. Los judíos no eran constructores, siempre se caracterizaron por ser comerciantes, hombres y mujeres de fe. El rey Salomón, tuvo que contratar al rey de Tiro para construir el templo. En el caso de las antiguas culturas precolombinas hubo muchas grandes constructoras. Los toltecas, los mayas, zapotecas, purépechas, olmecas, los teotihuacanos que al parecer fue una élite de muchas culturas, una ciudad cosmopolita, y por supuesto, el imperio mexica. A un costado del templo mayor, hay dos grandes estelas con un mensaje de Ignacio Manuel Altamirano, y habla de las herramientas de masonería que se encontraron, es decir, herramientas de construcción, asimismo, deja un mensaje para los que han llegado, para los que están por llegar y por la historia. Juan Arturo, en el poema Solipsista, el que está solo en el mundo y al mismo tiempo, la otredad, yo soy tú, soy los otros. Llegar a la gran ciudad es entrar a la cueva del lobo, muchos dialectos se han forjado en sus calles. El kaló actual, tiene una frase, vaya vaya Tacubaya si no conoce, mejor ni vaya y aquí Terán, en su poema, ya le dio identidad, sentimientos a su yo poético. Hay un personaje que me evoca al creado por Ricardo Garibay del Mil usos, un analfabeta y medio torpe que ha llegado de provincia con la esperanza de ganar dinero en la ciudad de México, pero se enfrenta al salvajismo de los abusadores, los que le roban o pagan injustamente a los inocentes, pobre diablo que hace de todo, pero todo mal. Aquí no es el caso. Hay un héroe a punto de iniciar el camino. Los oficios: En el primer oficio, están los carpinteros. Con música regular de las carpinterías, lo que quiero apuntar es que el poema en este caso es forma, el modo en que está colocado cada verso y en su conjunto todo, es un serrucho, el mango son los últimos 25 versos. Tomás, un albañil, carpintero y pistolero de clavos y albures y quizá de uno que otro calabúr. En el segundo coro, el primer verso tiene una resonancia al himno nacional mexicano Metaliza el calor su estruendo Y tus templos, palacios y torres se derrumben con hórrido estruendo Leyendo el segundo coro uno encuentra otras resonancias de himno. No precisamente al nacional, sino que es un himno: y los ademes entonan sus quejas / por el empuje de las tierras.

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