Ya nos enseña Confucio que sólo puede ser siempre feliz el que sepa ser feliz con todo. En esta línea, huyendo de los conformismos pasivos y de la falsa resignación, descubrimos que la contraseña que abre las puertas de la realización personal se compone de una simple sílaba: SÍ.SÍ. A la vida, tal como es. A nosotros, tal c
omo somos. A los demás, tal como son. A nuestros padres, tal como son y tal como fuero