Reseña del libro "Ilíada Liberada"
La Ilíada fue compuesta en verso. Fue concebida para ser recitada, y utiliza por tanto el hexámetro dactílico, un tipo de verso de seis pies en el que se alternan las sílabas largas y breves de un modo que confiere a la recitación un ritmo característico, ideal para ser acompañado con música: el inicio de una ininterrumpida tradición que ha dado lugar a los cantares de gesta, a los romances de ciego y al rap.
Pero han pasado tres mil años. Es tal la distancia temporal, tanta la diferencia de los referentes culturales entre el público que asistía entonces a la recitación y el lector actual de los textos homéricos, que es vano pretender reproducir, siquiera con una mínima aproximación, el efecto que la Ilíada pudo producir en las fechas cercanas a su creación. Según afirmó Jorge Luis Borges, una traducción es, de hecho, una nueva obra literaria. En su ensayo Las versiones homéricas, tras analizar diversas traducciones de los textos homéricos, Borges aventura que quizás la más fiel de las versiones homéricas es la que realizara Samuel Butler (1835-1902) en los albores del siglo xx. Este es el texto que hemos elegido, y que Miguel Temprano García ha vertido al castellano.
El reputado dibujante Calpurnio se ha encargado de la ilustración de la obra. Completa así el trabajo que, a partir de una perseverante labor de investigación y documentación, inició para la Odisea (Clásicos Liberados, 1).
Tres textos complementan esta edición de la Ilíada. En primer lugar, Troyanas, la tragedia de Eurípides en la adaptación de Alberto Conejero, donde las mujeres son el centro, las víctimas que soportan la destrucción de la ciudad de Troya, de sus hogares y de los lazos familiares.
En Otra belleza. Apostilla sobre la guerra, Alessandro Baricco nos hace ver cómo las mujeres reparan lo que los hombres destruyen en su sed de venganza y se atreven a expresar sus deseos de paz, siendo capaces de imaginar otra belleza.
Por último, Marina Garcés nos habla, en Guerreras, de la guerra que las mujeres hacen por su cuenta para evitar ser víctimas o cuidadoras, de cómo ellas luchan para cambiar la sociedad. Para evitar futuras guerras.