Colección: El jueves luxury goldDios mío empezó a publicarse en 1977. Malos tiempos para hacer bromas con los iconos de la religión católica. Desde el primerEncuadernación: Cartoné momento, el personaje de J.L. Martín se ganó el favor de miles de lectores y la tirria de un pequeño grupo de fiscales de prensa y jueces carcas.Para acabar de complicar el tema, nuestro autor publicó en 1980 La Biblia contada a los pasotas, lo que acabó de encender las iras de la caverna judicial. En cambio, no consta que Dios le castigara más que con una severa alopecia, peccata minuta, que, además y según su mujer, le favorece.Treinta años más tarde, aquellos jueces y fiscales están jubilados o criando malvas y, en cambio, nuestro personaje sigue publicando recopilaciones como ésta, la mejor de todas las que se han hecho, sin duda. Ventajas de ser un personaje eterno.