Me llamo Mía Silas y soy una asesina. No es una broma, ni una forma de hablar. De hecho es lo único en lo que los medios de comunicación no mienten. Pensaba que iría muchísimos años a prisión pero gracias a mi madre estoy aquí. En un lugar en el que solo puedo fingir; rodeada de personas que no me importan. He aprendido a jugar a la ambigüedad y a hacer únicamente lo que todos esperan de mí. Porque yo no estoy loca, simplemente soy la consecuencia de mis circunstancias. Solo hay un problema; ahora mismo mi castillo de naipes, construido con mimo a base de mentiras, está a punto de venirse abajo.