Ofrecemos unas palabras acerca de la vida, obra y pensamiento de quien alguna vez fue llamado “Maestro de América”, José Vasconcelos. Y lo hacemos como un precursor de la Filosofía de la Liberación y relacionando su pensamiento jurídico a la Tradición Iberoamericana de Derechos Humanos. A pesar de ese bien merecido título, Vasconcelos es, para las nuevas generaciones de mexicanos y latinoamericanos, casi un desconocido. En México, su patria chica, fue ignorado oficialmente durante mucho tiempo, pues después de haber militado activamente en el proceso de la Revolución Mexicana, una vez institucionalizada ésta, se convirtió en crítico feroz del régimen. Queremos recordar al Vasconcelos de la Estética, capaz de mirar y emocionarse con la belleza de la creación y el arte humano, y aquel que postula el amor cristiano como base de la organización social, porque “libera y engendra vida”, dice. Es el Vasconcelos ateneísta, revolucionario, rector de la Universidad Nacional, Secretario de Educación Pública, autor de La Raza Cósmica y la Indología fundamentalmente, el que queremos recordar y proponemos sea releído y revalorado. Vida llena de matices y de contradicciones la de Vasconcelos. Pero, a final de cuentas, lleva razón Arturo Paoli cuando escribe: “Nos parece más 'destruida' una vida que, por su armonía, por la ausencia de tensiones dialécticas, mantiene a la persona en un infantilismo beato, contento de sí mismo, capaz de transmitir a los descendientes, con el capital horrado, el tedio acumulado, que una vida ardiente, quemada, que expresa todo el amor del que es capaz una persona, no obstante la irregularidad del juego, y la inmensa ambigüedad de las opciones”.