Un Mensaje "Urgente" Para la Humanidad: El Sagrado Corazón de Jesús

Claudio De Castro · Createspace

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Reseña del libro

¿Qué nos quiso decir Jesús en 1673 y por qué sus palabras cada día cobran más vigencia? A santa Margarita María de Alacoque, monja de la Orden de la Visitación de la Virgen María, se le apareció Jesús con estas dolorosas palabras: "Mira este corazón mío, que, a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio." Santa Margarita María pasó a la historia por ser la elegida de Jesús para divulgar la devoción al Sagrado Corazón. Era una joven agradable con una gran intimidad espiritual. A los 4 años Sintiéndose inspirada rezó: “O Dios Mío, os consagro mi pureza y hago voto de perpetua castidad.” Rezaba el rosario con gran fervor todos los días desde niña para agradar a la santísima Virgen María. Cuentan que de novicia no podía aprender a hacer oración, aun cuando acudía con frecuencia ante el Santísimo Sacramento para ponerse en su presencia, como se extiende un lienzo ante el pintor. La Virgen santísima la favoreció a lo largo de su vida con muchos favores. Escribe en su autobiografía: “En un día de retiro me honró con su visita. Llevaba en sus brazos a su divino Hijo, que puso en los míos, diciéndome: He aquí que viene a enseñarte lo que debes hacer´. Margarita, era una gran enamorada de Jesús Sacramentado y pasaba horas enteras ante el Santísimo. El 27 de junio de 1673 Jesús se apareció frente a ella y le mostró su corazón rodeado de afiladas espinas. “Mira este corazón -le dijo -que tanto ha amado a los hombres, y la mayor parte de ellos no le paga más que con frialdad, indiferencia e ingratitud”. Ante la frialdad del mundo le pidió la institución de una fiesta en honor de su Sagrado Corazón. “Pienso que aquel gran deseo de nuestro Señor de que su Sagrado Corazón sea honrado con un culto especial tiende a que se renueven en nuestras almas los efectos de la redención. El Sagrado Corazón, en efecto, es una fuente inagotable, que no desea otra cosa que derramarse en el corazón de los humildes, para que estén libres y dispuestos a gastar la propia vida según su beneplácito.” (Santa Margarita)

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