La persona que te atiende detrás de una caja registradora, la mujer que saca a pasear a su perro, el hombre que espera en la parada del autobús, los que van de traje y con un maletín en la mano. Todos parecen ser personas serias, con su vida en orden, ¿cierto? Pues piénsalo mejor, porque puede que no sea así.