En nuestra vertiginosa e incluso violenta vida diaria, muchas veces hablamos u oímos hablar sobre la falta de energía.'Estoy agotado', 'No tengo fuerzas', 'Me falta energía': todas éstas son frases habituales. Y reflejan estados 'desgano, estrés, depresión' que menoscaban el potencial de una persona, dificultando su desarrollo y trayendo problemas en lo cotidiano. Sin embargo, lo cierto es que la energía nunca se agota. Pero sí sucede que se desorganiza, se dispersa, y por lo tanto, se desaprove
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