Tal vez; diría Borges; las obras de Maiocco no buscan la verdad; ni siquiera la verosimilitud; buscan el asombro. Exponen a los personajes a situaciones límite para que el espectador; o el lector -en un mundo perfecto debería ser lo mismo- sufra; goce; se desespere con temor; tal vez; a que pudiera sucederle lo que les sucede a ellos. Que la situación se invierta y que sufra lo que tales personajes padecen. Es lo que he experimentado mientras las leía. Leer -si somos precisos- no es un acto de contemplación inocente; o no debería serlo; es convertirse en lectura; y según lo que se lee gozar; sufrir; ser cómplice. Vivir; amar; ser olvidado; morir. Si me permite una opinión; involúcrese. No son tiempos estos de prescindir de algo que bien puede asombrarnos. Manuel Antín