Internet se ha convertido rápidamente en una herramienta indispensable para el comercio global. A través de ella se negocia, se discute, se logran acuerdos y se cierran negocios, incluso sin recurrir a otros medios informáticos más sofisticados. En muchos casos ha sido suficiente el simple intercambio de correos electrónicos. Su acelerado desarrollo y evolución como medio de comunicación polifacético y de alcance global ha hecho de la red una compañera indisoluble del fenómeno por el que atraviesa hoy en día la humanidad, denominado globalización, pues permite la comunicación inmediata, directa, completa ya bajo costo entre personas que se encuentran geográficamente distantes. Esto ha profundizado el fenómeno de la globalización, pues ha permitido acceder a mercados antes inalcanzables, tejer alianzas y desarrollar estrategias con personas o empresas más allá de las fronteras nacionales con mayor facilidad, al tiempo que ha permitido un mayor acercamiento entre las personas y los gobiernos, las instituciones y las empresas. Esto se debe a la capacidad de la red de brindar mayores niveles de participación e interacción, acelerando la prestación de servicios y el intercambio de bienes en el ámbito internacional a un ritmo inimaginable en el pasado.