Estas ideas son un aporte en dirección a la construcción de sanos liderazgos que persigan el bien común, atendiéndonos a la idea de Aristóteles sobre las virtudes, en la reflexión sobre el compromiso que deben asumir para con los demás quienes ejercen liderazgo, si logran calar en la íntima conciencia de algunos y moverlos hacia la práctica cotidiana, me declararé satisfecho. El buen líder no tiene ambiciones distintas a las de l cambio en beneficio de los demás, ejemplos concretos los tenemos desde la antigüedad en Aníbal, Alejandro Magno Sócrates, pero sin duda el mayor lo encontramos en la figura de Jesús, verdadero ejemplo de coherencia, no desviando su actuación en dirección distinta a la de la consolidación del amor.