supone el reencuentro del poeta desde el exilio con los pasajes más vividos de su propia biografía. si en la primera parte del libro rememora im-presiones de su infancia, evocando sus días de colegial, la figura de la madre, o la visita a un desierto museo del prado, en la segunda -«retornos de amor»- recuerda momentos de plenitud de su vida amorosa, dedicando la tercera a una serie de homenajes a sus poetas predilectos.