Amigo Jaime: tú no tienes cara de poeta, no te vistes como poeta, no posas de poeta, no te presentas como poeta, no tienes la gravedad pesada de los poetas, no declamas como poeta, no tienes la mirada ida de los poetas, no sangras en la cruz como poeta. No te crees poeta. Dime entonces, amigo mío ¿de dónde cresta estos poemas maravillosos? ¿Tienes un duende que te los escribe? ¿O un tío Celerino como Rulfo? ¿Tienes conciencia de lo que escribes? ¿De las pavesas que saltan de tus palabras? ¿Tienes conciencia (a propósito de), de las catedrales en llamas que iluminan tus poemas? Hernán Rivera Letelier
"Es un libro maravilloso"