Si se concede verdad a la afirmación de que el soporte de una comunicación condiciona la forma narrativa de su mensaje, los historiadores que viven en el mundo de los medios masivos y de la comunicación "en línea", tendrán que plantearse, de nuevo, la más antigua de las preguntas de su profesión: ¿cómo escribir la historia? No bastará iluminar el resultado de sus indagaciones o los efectos de lo escrito, se requerirá echar la luz a lo que va primero: la acción de escribir. El seminario de investigación: "El impacto de la cultura escrita en la historia de México" que se reúne bajo los auspicios del Departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana y del CONACYT, surgió por el deseo de un grupo de académicos de compartir, desde sus inicios, ese gran debate de la historiografía mundial de nuestros días. Un seminario que obligue a leer y a revisar textos sin que la reflexión se pierda por la sensación de urgencia que le contagia el cambio tecnológico. A ese seminario asiste con regularidad un grupo de investigadores y estudiantes becarios, heterogéneo si se consideran sus orígenes y proyectos, pero identificados en su interés por los hechos comunicativos que sedimentan la cultura.