Cuando doña Cata empezó a guardar la ropa de invierno, roció todo con el mejor antipolillas que existe. Bueno, al menos eso creía ella hasta que Polilla entró en acción. A ella le encantan los estambres de colores y se va coloreando a medida que corme... ¡Para ella es lo más natural!. Y cuando pudo volar...¡ni se imaginan lo que pasó!. Pero por suerte, siempre existen soluciones para los problemas.