Qué solución tomaría un empleado, si los números no cierran, para que no ruede su cabeza? ¿Qué podría pasar si un cuadro valioso cae en manos de una curadora con narcolepsia? ¿O si a un par de amigos se les ocurre lucrar con los velorios? ¿Le regalarías un perro, a un viejo huraño y enfermo que empieza ya a oler a carne podrida? ¿Qué tal una charla de amores perdidos en un bar de Buenos Aires? ¿O la cita con una prostituta en Haití que sueña con ser rica, libre y feliz mientras no para de beber?