“El concepto de Gaia constituye para mí la base esencial de todo ecologismo que se quiera coherente y práctico; refuta la arraigada visión de que la Tierra es una propiedad inmobiliaria, una suerte de gigantesca hacienda que está ahí para ser explotada en beneficio de la humanidad. La falsa creencia de que somos sus dueños, o sus administradores, nos permite escudarnos en políticas y programas supuestamente ecologistas mientras seguimos sin transformar nuestra conducta”. En 1969, el investigador británico James Lovelock presentó su Hipótesis de Gaia, donde la Tierra se define como un gran organismo vivo capaz de regular sus condiciones esenciales —como la salinidad de los océanos o la temperatura— para mantenerse en equilibrio. Pertenecemos a Gaia revisita las bases de esta teoría para narrarnos la historia del extraordinario planeta que habitamos y advertirnos sobre los peligros de nuestros abusos e impactos.