Pensamiento meridiano significa fundamentalmente esto: restituir al Sur, a todos los sures del mundo, la dignidad de sujeto de pensamiento, interrumpir la secuencia en que el Sur ha sido pensado por otros. Este destino de exclusión y de subdesarrollo resulta común a aquellos sures que están pagando su ingreso a las zonas turbias de la riqueza por medio de una auténtica prostitución de su población; aquel Sur visto como un afuera respecto del desarrollo, como el ideal de la vacuidad de las vacaciones; el Sur de los paraísos exóticos; un Sur como telón de fondo de la vida al aire libre del turismo popular, de las enriquecidas multitudes de la civilización industrial. Los ensayos que aparecen aquí se proponen abrir un camino, señalar una dirección de trabajo, siendo el intento de fundar precisamente un pensamiento meridiano el rasgo común que los une, tanto al hacerlo directamente (como en "De tierra y mar" o en "Pensar la frontera"), o al apoyarse en el trabajo sobre personalidades como Albert Camus y Pier Paolo Pasolini, que han tratado de maneras distintas las mitologías de la modernidad.