Pecar y vuelta a pecar

Dari?o Guijarro · Editorial Renacimiento

Ver Precio
Envío Gratis a todo México

Reseña del libro

PECAR Y VUELTA A PECARCAPÍTULO IUna mañana, cuando el muchachito volvía de sus clases de primer año en el Instituto del Cardenal Cisneros, acompañado de su preceptor, que le daba lección particular y le acompañaba, además, de casa al Instituto y del Instituto a casa, se encontró ante la puerta de su mansión -un lujoso entresuelo de la calle de Génova- aguardaba que le abriesen una linda muchacha de las de rompe y rasga, al parecer: mantón alfombrado, peinado de peinadora, prominentes curvas y desniveles en su cuerpo de hembra de circunstancias, y un gesto propicio a la risa, a la charla pronta y espontánea, a la chunga y algo más. Fuego en los ojos y marchosería por todo lo alto...Al saludo circunspecto del preceptor, que le dio a media voz los buenos días, ella replicó:-He llamado dos veces y no abren ni pa Dios. ¿Usté sabe si es aquí donde buscan cocinera?El chico afirmó; y la muchacha, pellizcándole un cachete, como si le hubiese criado a sus pechos (que, a juzgar por lo que se veía, no harían mal papel entre los que mejores provisiones lácteas pudieran presentar en un concurso de amas de cría), dijo al jovencillo:-Gracias, monín. ¿Tu eres el mayorcito de la casa? Ya verás qué cosas tan ricas te hace esta nueva cocinera..., si se queda en tu casa. Porque a eso vengo, ¿sabe usted? -le explicó al preceptor-, a ver si me entiendo con estos señores.-Yo creo que sí; que se entenderá usted con la señora -respondió ingenuamente el carabino.La joven iba a responder algo picante - habituada como estaba al uso de la nuez moscada y otras especies de su repertorio culinario, pero se limitó a sonreír con enigmático gesto, porque, en fin, abrió la puerta una doncellita encantadora.Pasaron el muchacho y su preceptor, y la doncellita preguntó a al desconocida:_¿Qué deseaba?-Creo que es aquí donde está haciendo falta cocinera; es decir, aquí el peque y el señor m´an sacao ya de dudas. De manera, preciosa, que si me haces el favor de avisar a la señora, a ver si nos entendemos, que ya me ha dicho el señor que sí, que nos entenderemos...Un poco perpleja, la circunspecta doncellita la hizo pasar, cerró, le indicó que se sentase y se fue a pasar recado a su señorita.

Opiniones del Libro

Opiniones sobre Buscalibre

Ver más opiniones de clientes