El origen del mundo, de Gustave Courbet, figura entre las pinturas m s emblem ticas de la historia del arte. Sin embargo, la identidad de la modelo del cuadro permanec¡a desconocida hasta que Claude Schoppdescubri¢ su nombre por casualidad, al anotar la correspondenciain‚dita entre George Sand y Alexandre Dumas hijo. Este libro invita al lector a acompa¤ar al investigador en su intento por dar vida a esabailarina de bellas cejas negras, que hab¡a sido amante deldiplom tico turco que encarg¢ la realizaci¢n del cuadro. La modelocuyo sexo encarna a la pintura realista recobra aqu¡, poco a poco, unrostro y un alma.atormentado y de lo inhumano, tras desvincularse de los atributos de una civilizaci¢n colapsada, someterse a unaoperaci¢n redentora de los recuerdos y finalmente naufragar enuna profunda crisis por saberse perecedero, aflora con una nuevaconvicci¢n que lo embarcar en una demoledora revisi¢n sobre laherencia de una evanescente temporalidad y de la inc¢gnita de lainmortalidad. El fascinante transcurso de este libro capta la atenci¢n de aquello que no se describe, o que no se presta ainterpretaciones particulares, ayudado por los tiempos deshabitados desde donde se fragua una reflexi¢n acerca del arte delfuturo, la inteligencia artificial, los procesos mnem¢nicos, o la virtualidad de la ciencia emp¡rica, que dejan en suspenso lagravidez de la obra literaria ante el estigma de latransitoriedad y de la apropiaci¢n de la transfiguraci¢nliteraria.