San Benito al escuchar el llamado del Señor, decide irse a vivir en oración a la soledad de una cueva en la región de Subiaco (Italia), un lugar impregnado de paz al que acuden feligreses a orar y pedir sanación y liberación. Cuenta el padre Diego. "En una oportunidad -después de haber estado orando por la sanación y liberación de mi familia en Subiaco a san Benito y a Dios-,a los pocos días recibí la noticia de un milagro que Dios había realizado en uno de mis familiares cercanos".