Mitos oficiales contiene microhistorias de artistas, curadores y críticos de arte quienes le dan volumen, complejidad y una gama amplia de tonalidades a lo plano, lo gris y lo unidireccional de la historia oficial. La publicación está dividida en dos partes: la primera guarda relación con la exposición que lleva el mismo nombre. Las imágenes están acompañadas con una muestra de memoria de cada uno de los artistas que dieron origen a sus obras; relatos que se tejen entre el recuerdo de los eventos vividos, las historias escuchadas y la historia aprendida. La segunda parte es una crónica colectiva de los años 90, esbozada a partir de pequeños fragmentos de recuerdos de 36 participantes, todos ellos involucrados de diferentes maneras en el ámbito artístico y cultural de México. Esta crónica fragmentada nos dibuja el ambiente, señala los referentes, habla desde diferentes discursos políticos, artísticos, académicos y culturales. Mitos oficiales, con sus reflexiones, obras y recuerdos, busca evidenciar los uniformes, dispersar los fantasmas de unidad nacional y mostrar las construcciones identitarias reales de los sujetos que conforman esta sociedad. Aunque pueda parecer parte solamente de un trabajo interno, esta actividad, llevada hacia el exterior es un potente arma político, que no solamente reconoce los fallos, las exclusiones, las discriminaciones y las tergiversaciones del relato histórico, sino transforma el presente enlazando distintas dimensiones temporales; sin duda, un arma de fuerza subjetiva.