Marta, a quien ya conocimos en No hasta que me digas tu nombre, sigue sin encontrar la estabilidad emocional que tanto ansía. Mientras que Adriana y Almudena están felices en el pueblo con sus parejas, Dani disfruta con su nuevo papel como socio en la empresa y su vecino no deja de molestarla, ella se empeña en seguir con la búsqueda del amor verdadero.Siempre se ha dicho que del amor al odio solo hay un paso, lo que nadie dijo a Marta es que también sucede al revés.