Cuando alguno de nuestros hijos o nietos nos pregunta cómo nos las arreglábamos en nuestra infancia para divertirnos sin ordenadores, televisión y videojuegos, sofisticados juguetes, etc., en muchas ocasiones no sabemos qué responderles, no tenemos tiempo, nuestra memoria comienza a tener lagunas o, simplemente, pensamos qu e, por más que se lo expliquemos, no nos entenderán. Este libro puede ayudarnos, por u