El Derecho Disciplinario, de conformidad con la doctrina y la jurisprudencia, vive su mejor momento. La ley, buena, mala o regular siempre es idónea, provechosa y justa en manos de un buen interprete; lo peor que puede suceder, es arriesgarse a las aventuras de modificar lo que ha demostrado ser bueno. El populismo penal que hoy cabalga sobre nuestra legislación también parece que va a ser imitado por el populismo disciplinario. Por doquier se escuchan reformas. Lo único cierto es que también tiene su lado oscuro, expresado en la arbitrariedad y la apliación selectiva de la norma, pues no se entiende que las mismas barreras infranqueables que detienen el desborde del Derecho Penal son aplicables al Derecho Disciplinario Reúno en esta publicación una serie de escritos, algunos publicados pero aquí contemplados y actualizados, que tienen como denominador común la defensa de los derechos y garantías fundamentales en el ámbito de la teoría y praxis disciplinariaEl Derecho Disciplinario, de conformidad con la doctrina y la jurisprudencia, vive su mejor momento. La ley, buena, mala o regular siempre es idónea, provechosa y justa en manos de un buen interprete; lo peor que puede suceder, es arriesgarse a las aventuras de modificar lo que ha demostrado ser bueno. El populismo penal que hoy cabalga sobre nuestra legislación también parece que va a ser imitado por el populismo disciplinario. Por doquier se escuchan reformas