La obra del Normando Neotemplario Conde Arnauld de Saint-Jacques nos ofrece un extenso trabajo, a modo de testimonio de Verdad y Fe, sobre el llamado “Evangelio Espiritual” o el esoterismo crístico, santo patrón de la Orden del Temple y de las Logias Masónicas. Este Evangelio representa la síntesis de un proceso de iniciación utilizado por el Cristianismo Primitivo y más concretamente por los esenios, los Hijos de la Luz. El Temple, una caballería mística, a la vez temporal y espiritual está representado en el Gran Sello de la Orden por un caballo en marcha montado por dos Caballeros con dos lanzas. El caballo simboliza el Conocimiento, los dos Caballeros representan la verdadera Fraternidad y la Unidad existente entre los dos egregores del temple, el terrestre y el celeste. Las dos lanzas apuntan hacia los dos planos de combate, el visible y el invisible. El Sello en su conjunto expresa el espíritu caballeresco que une el cielo y la tierra, ratificando la primacía de lo espiritual sobre lo físico y lo psíquico. San Juan evangelista es el patrón esotérico de la cristiandad, santo patrón de la Orden del Temple y de las logias masónicas.