®Llama gratamente la atenci¢n la singularidad de la escritura deRosa Berbel, una forma especial de modular el idioma que s¢lo esposible, para decirlo al modo de Garc¡a Lorca, cuando se tiene duende? Llega provista de la mejor tarjeta de presentaci¢n posible: lacalidad excepcional de sus poemas.¯ Fernando AramburuTras su brillante debut con Las ni¤as siempre dicen laverdad, Rosa Berbel nos entrega su esperado nuevo libro, laconfirmaci¢n de una gran poeta. Asom ndose a un abismo pol¡tico yafectivo, los poemas de Los planetas fantasma relativizan lapercepci¢n del riesgo: las fiestas terminaron, los paisajes se handesertizado y los l¡mites del tiempo y el espacio han sufrido unadistorsi¢n, pero en las ruinas florece un empuje ut¢pico que llama areinventar los nombres, los ritos y las naturalezas. En astronom¡a, el concepto de planeta fantasma designa un cuerpo celeste hipotticoque, a pesar de ser considerado cient¡ficamente, no es visiblemediante los instrumentos habituales de observaci¢n. Este enigma es el punto de partida de un libro que aspira a trasladar cierto imaginario del terror y la ficci¢n postapocal¡ptica al marco del poema,reflexionando acerca de c¢mo integrar el deseo y la belleza entretanta devastaci¢n, cuando los fantasmas ya no son tanto fragmentos del pasado como imposibilidades de futuro. La poes¡a hace visibles nuevos planetas. La poes¡a los inventa.