La obra más importante de Manuel Payno, escrita durante su estancia en España, es Los bandidos de Río Frío (1889-1891), recreación del México de la primera mitad del siglo XIX. La trama es rica en incidentes registrados en la vida real, pero urdidos en su mayoría en torno a un célebre proceso de la época. El autor consideró su obra como "novela naturalista, humorística, de costumbres, crímenes y horrores". Sus ediciones posteriores se mantienen como éxito de librería y en el curso de los años no pierde animación ni colorido lo que pudiera llamarse un magno y fresco mural costumbrista de la vida mexicana a partir de la caída del Imperio. Los sucesos giran en todos los estratos sociales de la época, pretexto adecuado para pintar a potentados, profesionales, militares, artesanos, mercaderes, indios, clérigos, ladrones. También enaltece los atributos favorables de varias poblaciones de la República en una época en la cual el impulso de viajar originaba múltiples titubeos y especulaciones. Manuel Payno intentó en sus largas novelas contribuir a la instrucción del pueblo, exhibiendo retratos de la desigualdad, la injusticia, el robo organizado y la corrupción como la enfermedad endémica, que nadie ni nada podrían erradicar de la vida social y cultural de México.