Aquí se relatan parte de los dieciocho años “perdidos” de Jesús, entre los 12 y los 30 años, de los cuales no se hace ninguna mención en el Nuevo Testamento.Plantea la figura de Jesús, como la de un ser humano como nosotros, el cual superándose a sí mismo, logra convertirse en “el Cristo”, un estado ideal de ser, semejante al de Buda, que solo se logra tras un largo aprendizaje, pero al cual todos podemos intentar acceder y lograr.Así sostiene que la finalidad última de la venida de Jesús sería la de ayudarnos a conectar con nuestro interior y a liberarnos definitivamente del sufrimiento como camino para el desarrollo humano y que “Para crecer espiritualmente no es necesario sufrir”.
"voy en el comienzo "