Tras su muy premiada ópera prima, Mala suerte (Lengua de Trapo, 2003), en esta novela, por la que deambulan detectives turbios, millonarios acomplejados, abogados adictos a los opiáceos y pintores egocéntricos, nada es lo que parece, y vender un cuadro robado en el mercado negro puede resultar muy lucrativo o conducir a la muerte.