Este conjunto de crónicas y cuentos urbanos reflejan una ciudad compleja, aporreada social y políticamente, con un alma resiliente, pero habitada por fuerzas que se niegan a dejarla, tal como lo relata el escritor Mario Mendoza al referirse a la ciudad en una de sus novelas: “Creo que una corriente subterránea, sórdida, oscura y siniestra la recorre en medio del calor, la rumba y las plantaciones de caña de azúcar. Y esa corriente oscura es cada vez más potente”.