Durkheim afirma y se empeña en demostrar; que ninguna experiencia humana, ya bien se relacione con su propia naturaleza o con experiencias exteriores puede originar y justificar creencias religiosas pues este solo surge de concepciones colectivas no basadas en experiencias sino impuestas a la razón humana a través del ambiente social. Para demostrar esta hipótesis Durkheim se apoya en la vida religiosa de los aborígenes australianos.
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