Como su título lo sugiere, Arcelio Blanco nos conduce en ésta, su primera novela, por un intrincado laberinto iluminado de recuerdos, en el que vamos avanzando desprevenidamente entre confusas historias de amor y desamor, tejidas en pos de un solo minotauro: La belleza unida a la cultura de la mujer anhelada. Luego de un arduo tránsito por terrenos racionales e irracionales, y de una naciente, pero callada pasión literaria, el destino ubica al protagonista -para entonces servidor de instituciones castrenses-, en el ejercicio de una temeraria misión: desentrañar y capturar el mayor número de integrantes del recién nacido movimiento 19 de abril, M-19 A partir de entonces la narración ocupa cuatro planos diferentes que se debaten entre el amor, la intriga, la frustrada literatura y lo que es más significativo, una secreta toma de conciencia con la que a diario se debate Clodomiro Correa, no solo por pertenecer a la orilla de quienes ejercen la represión, sino por ir conociendo y simpatizando con esa joven generación que porta las banderas de la utopía, y cuyos sueños de cambio hacia un país mejor también hacen parte de sus secretos anhelos. En su dualidad de descubrir a los integrantes de la insurgencia por la comprensión hacia esa juventud romántica, es finalmente capturado por su vacilación y juzgado sin garantías jurídicas por orden del alto mando militar. Correa retorna a la libertad distanciado por completo de los atavismos institucionales y convierte su reencuentro con el mundo exterior en la búsqueda de los rostros más extrañados en la oscuridad de sus noches: el amor y la literatura, únicas pasiones posibles con las que seguirá viviendo el resto de sus años. Amparo Osario