La poesía moderna nace en Hispanoamérica antes que en España, y uno de sus principales exponentes, verdadero puente entre el modernismo y las primeras vanguardias, es López Velarde. Con él empieza una visión de las cosas que sedujo a espíritus tan opuestos como Jorge Luis Borges y Pablo Neruda; una visión que, en contra de lo que han querido algunos críticos, lejos de ser provinciana es de una importancia primordial en el ámbito hispanoamericano. Aquí se antologan poemas de los siguientes libros: Primeras poesías (1905-1912), La sangre devota (1916), Zozobra (1919), y El son del corazón (1919-1921; 1932).