"No renuncio a mi actividad como profesor universitario, ni quiero, ni mucho menos menospreciarla; pero nunca me fue suficiente. Muy pronto entendí que necesitaba sumergirme en la vida de mis muchachos, para comprenderles, para encontrar un sentido a la exclusión social, desde ellos, desde los que tienen una vida muy diferente de la mía y que nada tiene que ver con las aulas universitarias"". Así habla el autor cuyo libro es el resultado de su trabajo en la relación de ayuda a las personas con las que ha trabajado durante más de cuatro décadas. "