La nueva lex mercatoria cataliza jurídicamente una enorme multitud de contratos comerciales en el mundo. Su consideración como derecho aplicable a los mismos por parte de los comerciantes, abogados, jueces y árbitros, así como su integración con los derechos nacionales, hace que sus postulados evolucionen positivamente para alcanzar un mayor desarrollo económico, con las ventajas que esto conlleva para los países latinoamericanos. La existencia de un derecho mercantil uniforme significa mucho más que revivir el pasado medieval y sus instituciones, pues este no coincide exactamente con una continuidad histórica. Por tal motivo, la configuración y uso adecuados de sus reglas y principios representa un punto de encuentro fundamental que garantiza una verdadera justicia y equidad dentro de la realidad económica aplicable a los contratos que celebran los comerciantes en sus transacciones transfronterizas.