Aún cuando está construido alrededor de la muerte, el libro es bastante lúdico, de lectura amena y divertida. En su escritura, la autora resalta la plasticidad del idioma castellano, sobre todo su sonoridad y potencia gráfica para crear imágenes a partir de la palabra. Los poemas no se agotan en ser una especie de homenaje o elegía a los artistas recordados, pues es importante mencionar la osadía juguetona de la autora al enunciar la muerte de la lengua inglesa en una colección de textos escritos en español.