Abrir este libro nos devuelve nuestra primera mirada sobre la luna. De la mano de sus azules ingresamos a los terrenos del sueño y de la leyenda. A un estado de alma. Terrenos inestables, órbitas que se comunican, inocencia y fuentes. Este sueño viene de una antigua leyenda china. Pero en castellano o en asturiano nos devuelve nuestro bosque profundo y a nuestra agua muy clara. Nos convierte en liebre, en leñador, en cazador, en niña y en luna. Nos vuelve cósmicos soñadores infinitos de un ritornello en el que la blanca liebre come en la blanca luna la blanca nieve