La joven parca es "una pesadilla en la que el personaje es, a la vez que objeto, conciencia consciente. Figuraos que alguien despertara en medio de la noche y que durante toda la vida se hablara y se reviviera a sí mismo". De este modo trato Paul Valéry de definir su poema La joven parca, publicado en 1917: "Desde hacía muchos años había abandonado el arte de los versos; al tratar de sujetarme de nuevo a ellos, realicé este ejercicio", dice en la dedicatoria de la obra a su amigo André Gide. ¿Más cuajado y alto El cementerio marino, la otra obra mayor en verso de Paul Valéry? Cada lector opinará. Lo cierto es que las dificultades, abrojos, meandros y barroquismos retóricos de La joven parca no decepcionarán nunca al lector de esta joya, siempre que sea paciente, reiterado y lento en el saboreo. Es una de las mayores preseas poéticas del siglo XX, junto a La tierra baldía de Elliot, Las Elegías de Duino o Los Sonetos a Orfeo de Rilke.