La escritura de Pablo Montoya se inscribe en lo que podríamos llamar virtuosismo erudito o sensual virtuosismo. Invención de un nombre tiene una prosa impecable que quiere asimilarse a la elegancia de las más refinadas ejecuciones de un instrumento musical y que procura llevar al lenguaje, tanto la celebración como el arte-especialmente en la música- o lo bello de las formas palpitantes de los cuerpos, como armonía de visiones,olores,sensaciones dóciles de las pieles que se buscan.