Desde la presentación del teléfono, en el lejano 1876, las comunicaciones a distancia no han hecho otra cosa que crecer. La radio, en los primeros años del convulso siglo XX, acuñó el término telecomunicaciones y derribó las fronteras naturales para llevar la palabra a cualquier rincón del planeta. La televisión, pocos años después, abrió de par en par las puertas al conocimiento. Mientras tanto, auténticos