Este libro constituye la realización de un nuevo concepto de historia, apoyando en las sugerencias de Max Scheler, que abandonó la relación monumental de los hechos humanos para emprender la interpretación del hombre y definir su cualidad profunda. Así, Kahler ha conseguido hacer historia en cuanto a biografía del hombre, planteando el drama de su singularidad en diversas etapas de su desarrollo. El libro parte del análisis del alma primitiva y desemboca en los días confusos de la segunda mitad del siglo XX, ahí donde cabía preguntarse si la humanidad, embriagada de progreso, no habrá cometido una equivocación irremediable. Mención aparte merece el atractivo tratamiento que ha dado Kahler a los temas del arte. Las figuras de los literarios modernos aparecen con plenitud de significación: Dostoievski, que profundiza en la anormalidad y en la miseria hasta alcanzar la fuente oscura del misticismo y las raíces ocultas de la solidaridad humana,; James Joyce, que acumula un aluvión de siglos en un solo día desmesurado y abismal; Kafka, que en sus delirios lúcidos expresa la desolación y el anonadamiento del individuo, reducido a la inercia por la acción de fuerzas desconocidas, superiores, enemigas. Con estos materiales, Erich Kahler ha trazado las grandes líneas del libro, que trascendieron al siglo para aparecer todavía hoy enérgicas y vivas.
"Este libro permite obtener una visión antropológica de la historia universal, visión poco común en obras históricas ya que no se limita a una narración de acontecimientos, sino que se centra en la evolución del pensamiento humano y su visión de mundo."