La diplomacia multilateral ha representado para México un importante espacio de contrapeso en su entorno geopolítico inmediato. A través de ella, México desarrolló iniciativas y asumió posiciones que dejaron huella en los principales temas de la agenda internacional. El multilateralismo también permitió mitigar asimetrías en las relaciones interamericanas frente a conflictos que surgieron en el continente y que pusieron a prueba principios rectores de la política exterior mexicana.