Esta obra reconstruye, a partir de pruebas básicamente arqueológicas, los trasfondos preliterarios de la civilización griega durante las edades de Bronce y Arcaica; rastrea el nacimiento y desarrollo de las principales instituciones griegas y registra el devenir de sus respectivas culturas: la caída de la micénica centrista, la existencia y crisis de la polis ateniense y espartana, el surgimiento del héroe homérico y, sobre todo, el concepto de pueblo. Particularmente importante es la indagación acerca de la forma en que los griegos encararon los conflictos sociales y su especial análisis del agon, símbolo de las tensiones entre el individuo y la sociedad, piedra fundamental -para muchos- de la estructura social de Occidente.'