El objetivo de esta obra es en primer lugar demostrar cómo la ciencia matemática en particular la geometría participa en el proceso creativo en segundo lugar tomar como modelo las obras artísticas que han utilizado un procedimiento geométrico para su composición y articular con ello una metodología de diseño. Para ese propósito en esta obra se han incluido pinturas y piezas gráficas analizadas bajo la teoría de rectángulos dinámicos. Acompañan a estas imágenes un importante número de retículas o redes las cuales se espera sirvan como ejemplo de uno de los tantos procedimientos que existen para abordar el problema de la composición.Este conocimiento se ha ido consolidando desde el inicio del siglo xx en los institutos de todo el mundo. Por mencionar sólo un par de ejemplos con el nombre de geometría dinámica la materia la impartía Diego Rivera en la década de 1920 en la Academia de San Carlos en México (uno de los alumnos más destacados fue Juan O Gorman); por su parte Jay Hambidge (1924) hacía lo propio en la Escuela de Bellas Artes de Nueva York.Desde luego el arte nunca prescindirá de la habilidad y el genio del creador. Pero el soporte geométrico aparece en la obra. A veces de manera deliberada otras de forma inconsciente surgen las relaciones dinámicas que llevan a la armonía del cuadro y en él subyace la geometría como antecedente sintáctico de su creación. Es entonces esta ciencia un auxiliar apreciable para lograr la euritmia ese alto ideal griego que significa