Interesante es la concepción de Gillman del lenguaje religioso. Los relatos y los mitos bíblicos, lejos de ser una leyenda o una fantasía, son una estructura simbólica a través de la cual una comunidad expresa y da sentido a sus experiencias. Es más, la vida de la cultura fuera de un marco de creencias o mitos es imposible. Estos mitos, como reflejo de la experiencia de una civilización o cultura, son confrontados por profundos cambios históricos, y deben ser continuamente interpretados y resignificados. Una cultura sin un mito viviente pierde su capacidad de dilucidar y encontrar sentido a su existir. En la tradición judía el equivalente al proceso de reinterpretación se llama midrash.
"Efectivamente, es un excelente texto de filosofía que invita a reflexionar, es la razón por la que lo recomiendo."