Desde el Jaguar, objeto de culto en el pasado o el león, los felinos siempre nos han cautivado. Incluso los menos conocidos, que habitan latitudes frías o los de las tórridas arenas de los desiertos africanos. Frente a la amenaza que sufren por la caza, la divulgación de su naturaleza puede quizás asegurarles un futuro mejor.